Al contrario que el vino, el aceite de oliva virgen extra nace en octubre y muere un año más tarde. Esto no quiere decir que no se pueda consumir si lleva más de un año envasado, ni mucho menos, pero sí es cierto que las características organolépticas del zumo, así como el frutado y los aromas, se van perdiendo poco a poco al igual que el tiempo ira transformando el verde de los virgenes extras en amarillos.
Por ello, es de vital importancia que siempre te fijes en la añada / cosecha del AOVE/ fecha de producción. En todas y cada una de nuestras botellas podrás ver la fecha de campaña y además un código QR / BIDI con consejos de maridaje. 😉
Volviendo a nuestros aceites, la nueva campaña 2015-2016 ha sido bastante mejor que la anterior. Además, hemos seleccionado una nueva almazara para nuestro Cornicabra, del que hablaremos más adelante. Una delicia de sorprendente sabor.
Picual Bronze & Mora temprano de octubre: ¡Verde que te quiero verde!.
La potencia de este fórmula uno seduce y conquista nuestros sentidos. Verde esmeralda, iridiscente, entra por lo ojos de inmediato. Olfatear el zumo nos traslada al campo. No importa dónde estemos: Solo tenemos que cerrar los ojos, inspirar y apreciar las notas a hierba recién cortada, fresca, como el campo en primavera. ¡Y cómo recuerda a tomate!
En boca destaca su equilibrado balance entre amargo y picante. Las notas a tomate verde se acentúan, pero también apreciamos otros sabores más complejos, como la hierbabuena, los frutos secos e incluso la piel de plátano. Un auténtico ejercicio de hedonismo.
Cornicabra Bronze & Mora: la intensidad de los frutos rojos.
Menuda sorpresa. Hemos seleccionado una nueva almazara para ofrecer, sencillamente, el mejor Cornicabra de su Denominación de Origen. Coleccionista compulsivo de premios, este zumo no deja de sorprender a olfato y paladar con su intenso frutado maduro. En nariz se aprecian sugerentes aromas que recuerdan al kiwi y a frutos rojos como la mora o la fresa. Muy equilibrado en boca, resulta ligeramente más amargo que picante, aunque el retrogusto final a nuez suaviza muchísimo el paso por garganta, neutralizando en gran medida la rudeza de este tipo de aceituna. En conjunto, un zumo redondo, extraordinario.
Arbequina: una cosecha extraordinaria.
Otro coleccionista de premios y accésits, en esta ocasión la intensidad del frutado es mucho mayor. Fragante como nunca, este arbequina recuerda a la manzanilla. En boca destacan los sabores a fruta madura: plátano, tomatera… todo ello, eso sí, extraordinariamente dulce y suave. El paso por garganta es etéreo, dejando un delicioso retrogusto almendrado. Si no te gusta el aceite muy fuerte, Arbequina es para tí.
¡Feliz martes!
