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En plenas vacaciones, sin duda comienza un tiempo ideal para relajarse y disfrutar de las cosas buenas del verano. Nos levantamos más tarde, salimos a dar un paseo, buscamos los parques, las playas o aquel sendero perdido en medio del campo. Improvisamos. Nos juntamos con nuestros amigos, con la familia. Vamos de tapas. Hacemos turismo. Descubrimos nuevos parajes. Vivimos!!!
Todas estas actividades tiene un denominador común: nos olvidamos del reloj!!!
Por ello, creo que éste es el mejor momento para hablaros de un movimiento culinario que ya lleva un tiempo haciendo furor entre los amantes de la buena vida: El Slow Food.
Parece que fue ayer, pero han pasado casi treinta años desde que nació, el mismo día en el que una conocida marca estadounidense de comida rápida abre su primer restaurante en la Piazza di Spagna, en Roma. Sin embargo, no ha sido hasta la pasada década cuando empezó a cobrar verdadera importancia, como respuesta al imparable ‘Fast Food’ que inunda nuestras ciudades con productos de dudosa calidad fabricados en cadena para ser consumidos contrarreloj. Slow Food va más allá, y promueve un estilo de vida distinto, más natural, basado en el respeto a los ritmos de la naturaleza y en el consumo de productos locales frescos, siempre desde un punto de vista responsable, justo y sostenible. Duerme más. Come mejor. Preocúpate menos.
Slow Food dignifica la cocina local. Frente a la imparable globalización, Slow Food aboga por defender modalidades culinarias autóctonas. De hecho, los miembros del movimiento Slow (ya son más de 98.000) están creando un censo de productos alimenticios locales en peligro de extinción.
Si este verano te vas de turismo, haznos caso: relájate y tómate tu tiempo para buscar un buen sitio donde disfrutar la auténtica cocina del lugar que visites. La comida forma parte de la experiencia turística y, a buen seguro, será uno de tus recuerdos más agradables. Si te quedas en casa, recuerda que no hace falta viajar para disfrutar del movimiento slow, porque es una auténtica filosofía de vida que puedes aplicar donde quieras.
¿Os ha picado el gusanillo ‘Slow’ y queréis saber más sobre este maravilloso movimiento? No dudéis en visitar la web
http://www.slowfood.es
Al igual que Slow food, Bronze & Mora contribuye a promover los productos autóctonos, ya que solo trabaja con AOVEs monovarietales con Denominación de Origen protegida.
¡Hurra por Slow Food!
www.bronzeymora.com
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